lunes, 7 de junio de 2010

FELICIDADES a alumnos de 6º E.P.

Damos la ENHORABUENA a Víctor Muñoz Olmo y a Carlos Trujillo Gómez por su participación en el "II Concurso de Relato Corto e Ilustración para jóvenes escritores/as", organizado por el CEP "Luisa Revuelta" de Córdoba. He aquí sus escritos y los diplomas de participación:


El CEP ha elaborado un libro que recopila los relatos de todos los que han colaborado, libro con el que han obsequiado a cada uno de los participantes y al Centro.

También damos la ENHORABUENA a Alexandra Olimpia Lapadatu por el reconocimiento otorgado por la Delegación Provincial de Educación mediante un premio accésit, por su implicación en el proyecto "LEER EN FAMILIA". Se le ha obsequiado con un diploma y un lote de libros.

jueves, 3 de junio de 2010

EL ÁNGEL ROJO

CAPÍTULO II: Comienzo

La clase del instituto era como otra cualquiera. Estanterías con libros de texto, atlas y mapas cubrían las paredes. Un profesor, de unos 45 años con cabello cano, facciones duras y vestido pulcro y algo pasado de moda, daba una lección en una pizarra, en la cual, la mitad estaba cuadriculada.

Alex estaba sentado en un pupitre al lado de una ventana, desde ella se veía el patio de recreo a vista aérea, ya que su clase estaba en el tercer piso del instituto. Más al fondo había una reja negra. Se distinguía una figura alta con capucha.

“Es solo una ilusión”, pensó Alex, pero pasaron varios minutos, Alex miraba a la pizarra pero de vez en cuando miraba por la ventana, y la figura seguía allí, incluso se movía, pero siempre estaba mirando al instituto, a su ventana. Así siguió, hasta que una de las veces que miró, había desaparecido, pero había algo en la parte por la que había estado: humo, un poco de humo que se balanceaba por el aire subiendo, hasta extinguirse.

Alex se había dado cuenta de algo: la gente había estado pasando por detrás de la figura sin ni siquiera mirarle.

Sobresaltándole y despertándole de sus ensoñaciones, sonó el timbre del colegio. Era hora de irse a casa.

Hacía viento, mucho viento, tanto viento que tenía que poner el paraguas de frente para pararlo, también llovía torrencialmente. Alex apenas podía andar, así que cuando se cansó, cerró el paraguas y empezó a correr.

Corría y corría, Alex no hacía otra cosa.

Pero por un momento todo pareció ir a cámara lenta, por delante se iba distinguiendo una figura de un chico de su edad, algo más grande que él, esbelto, la cara ya no se le veía, ya que estaba cubierta con una capucha de una sudadera abierta negra como el azabache; pero aún se veía la boca que hacía una sonrisa con los labios y entonces dijo:

-Hola.

Alex, sin quererlo, se lo pasó, y se paró en seco y por poco se estrella con una farola. Giró su cuerpo 360º; pero la figura había desaparecido y sólo quedaba humo. El pelo negro de Alex estaba mojado y se le caía por la frente y le brillaba.

Durante el resto del día, no paró de pensar en lo que había ocurrido.

Era de noche, Alex estaba durmiendo inquietamente, no paraba de moverse de un lado a otro y sin parar de sudar, tenía el ceño fruncido y no paraba de gimotear.

De repente se levantó, con una expresión de puro terror.

-Maldita pesadilla de… - Alex se paró.

Tenía que tomar el aire. Abrió la ventana y cerró los ojos dejando que el aire frío le azotara en la cara. Cuando los abrió, vio en la acera de enfrente la misma figura que siempre, le entraban tantas ganas de enseñarle el dedo corazón hacia arriba. Se quedó mirándolo un rato más hasta que la figura extendió y le dijo con la mano indicando que fuera.

Lo que ocurrió ahora, Alex ni se lo esperaba: la figura había llevado el brazo a su lugar de origen, estaba recto, con una sonrisa en los labio y su cuerpo empezó a extinguirse lentamente desde los pies, se iba convirtiendo en humo hasta que desapareció.

El rostro de Alex se quedó petrificado contemplando el extraño espectáculo. Cuando acabó estaba boquiabierto.

Carlos Trujillo Gómez. 6º