viernes, 17 de abril de 2009

NOS METEMOS EN LOS LIBROS

Érase una vez unos niños llamados: Marina, Virginia y Miguel.
Iban mucho a la Biblioteca pública porque allí podían escoger sus libros favoritos. Un día los niños estaban en el colegio y decidieron ir a la biblioteca para escoger el libro que había salido ahora nuevo en todas las bibliotecas. Se llamaba "Nos metemos en los libros". Esa tarde fueron a la biblioteca pero no encontraban el libro. Entonces Marina decía que ella no quería leer el libro porque decía que le resultaba un aburrimiento grandísimo. Los tres fueron a preguntarle a la mujer que estaba sentada en el mostrador.
Y ellos le preguntaron:
― ¿Tenéis el nuevo y famoso libro llamado "nos metemos en los libros"? ― preguntó Miguel.
― Mmmmmmm... no sé espera que lo mire. ― dijo la mujer. Aquí lo tengo es el último que me queda.
― ¡Qué suerte hemos tenido! ¡Es precioso! ― dijo Marina.
― Ves, al final te va a gustar a ti más que a nosotros. ― dijo Miguel.
― Oye Virginia, ¿a ti no te gusta el libro? Es que te has quedado muy callada.― dijo Marina.
― Sí, lo que pasa es que le veo algo raro ¿ustedes no? ― dijo Virginia.
― No, no le veo nada. ― dijo Miguel.
― Bueno vamos a la mesa y allí lo investigamos ¿vale? ― dijo Virginia.
― Vale vamos. ― dijeron Marina y Miguel.
Y allí los niños descubrieron el secreto del libro.
― Oh, mira esta página. Vamos a darle a este botón. ― Exclamó Virginia.
― ¿Pero no os da miedo? ― dijo Marina.
― No. ― dijo Miguel.
Y así le dieron al botón y salio una luz muy rara, que decía:
“meteros aquí en esta pagina y veréis el secreto de este bonito libro”.
― ¿Nos metemos en el libro? ― dijo Virginia.
Ellos con miedo dijeron que sí.
Y así lo hicieron, se metieron en el libro.
Cuando entraron, estaban en una hermosa playa rodeados de personas negras.
― ¿Estamos en África? ¿En China? o ¿dónde estamos? ― preguntó con mucha prisa Marina.
― Cálmate, según lo que no ha dicho el ogro, aquí podemos estar a salvo. ― dijo Miguel.
― Pero, ¿y nuestros padres? ― interrogó Virginia.
― No pasa nada. Dentro de una semana estaremos cada uno en nuestras casas. ― Respondió despreocupo Miguel a sus amigas.
― Ay ojalá. ― dijo Marina.
Y así dentro de una semana, ya estaban todos con sus padres.
Marta Romero Santos. 5º

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